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Vulnere es auténtica poesía visual, nos habla de las heridas y el dolor que sentimos todos y cada uno en particular.

 

«Como se refleja el dolor en cada ser humano es lo que hace a las heridas extraordinarias, particulares y personales, porque ellas de por sí, son universales.

 

Heridas cosidas, heridas abiertas y heridas recién supuradas. Inevitables en nuestras vidas, las que de niños son causadas por un golpe de travesuras y de adultos por travesuras del alma. Nos las hacen y las hacemos, a veces nos las cosemos y es justo ahí donde aprendemos. Son heridas de guerra, de esa guerra del día a día con otros, con nosotros y con nuestro entorno. Suerte que tenemos hilo, y a esas personas que «nos cierran», que nos conectan a nuestro «lleno» después de sentir el «vacío».  Suerte que tenemos ganas y «tejemos hilos» para unirnos.

Esas marcas que no son moda, que no escogemos y que son recuerdo, cuya importancia al final es la huella, en lo que nos convertimos tras su permanencia en nosotros. La cicatriz sólo es «momento», el momento en que nos rediseñan la piel y nos rediseñamos el alma tratando que la esencia no cambie.»

Giselle Vitali

 

Una obra para ver de cerca, para apreciar la textura y el volumen.  La sutileza cobra fuerza y protagonismo cuando el espectador se refleja en el color o en la forma, en la piel o en la causa, la elección es libre, personal y tan «secreta» como él quiera. Porque en su piel se tatuó también, con su matiz personal y particular, la misma herida que todos hemos tenido algún día.